Hace unos meses empecé a escribir una entrada para este blog a propósito de un caso. Hoy, a raíz de que algunos compañeros me han enviado artículos de publicaciones en los que algunos profesionales de la visión hablan no del todo bien del tratamiento ortoqueratológico aplicado a niños para el control de la miopía, me he decidido a completarlo.
Mi pretensión es que este sea un texto esclarecedor, divulgativo, informativo,… sobretodo en beneficio del paciente. Usaré un lenguaje coloquial, pero también basándome en el rigor científico, aportando todas aquellas referencias para quien quiera pueda consultar las publicaciones originales (traduciré no obstante al español las conclusiones de los artículos científicos que considero más relevantes).
Voy a intentar resolver las dudas de los padres y dar respuesta a las preguntas de los profesionales.
Este texto no se basa en mi opinión, ni siquiera en mi experiencia clínica de más de 10 años adaptando lentes de ortoqueratología, sino en lo que los estudios científicos concluyen a día de hoy.
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Tengo una paciente de 9 años, llamémosle María siendo este nombre ficticio, a la que le he adaptado unas lentes de ortoqueratología para control de miopía (a este tratamiento también se le llama orto-k, lentillas nocturnas o incluso lentillas pijama). A María le está aumentando la miopía a un ritmo de 1.50 dioptrías al año, y lo único que se le ha hecho hasta ahora ha sido ir cambiando las lentes de sus gafas cada vez que dejaba de ver bien con las anteriores. María me fue derivada por una compañera optometrista, conocedora de las bondades de la ortoqueratología en el control de la miopía.
La miopía de María empezó hace unos dos años con -0.75D (dioptrías) en ambos ojos y ahora tiene -3.00D en el ojo derecho y -4.50D en el ojo izquierdo, con una tasa de crecimiento de 1.50D/año. Si no se hace nada y la miopía sigue aumentando al mismo ritmo, cuando María tenga 12 años, dentro de solo tres años, tendrá -7.50D y -9.00D, y si sigue igual -12.00D y -13.50D a los 15 años. ¿Descabellado? No, tiene un familiar por parte materna que con 15 años ya tenía -12.00 dioptrías de miopía.
Hay estudios que indican1 que el riesgo de padecer enfermedades oculares como por ejemplo el glaucoma se multiplica por 2,3 cuando la miopía pasa de 1 a 3 dioptrías, y que se multiplica por 3,3 cuando es superior a 3 dioptrías. Si hablamos del desprendimiento de retina, el riesgo respecto a los no miopes se multiplica por 3 veces cuando la miopía está entre -0.75D y -2.75D y se puede multiplicar hasta por 21.5 veces cuando la miopía supera las -6D. Por ello podría decirse que el punto de inflexión entre la miopía «benigna» (que nunca lo es) y la miopía «patológica» estaría alrededor de las 5-6 dioptrías, que es cuando estos riesgos aumentan exponencialmente.
Por tanto, ya hemos visto que el que una miopía sea más alta o más baja, no es únicamente una cuestión de “números”, de dioptrías, o de que las lentes de las gafas sean cada vez más gruesas, sino de la probabilidad de padecer graves enfermedades oculares de adulto, cuyo riesgo aumenta exponencialmente con el grado de miopía alcanzado.
¿Y esto por qué ocurre? La respuesta es que la causa habitual del aumento de la miopía es un aumento de la longitud axial del ojo, lo que significa que el ojo crece y crece, normalmente en su parte posterior, tensando cada vez más las estructuras del fondo de ojo (retina) y aumentando las posibilidades de que sufran algún tipo de daño.
Como es normal, los padres preocupados por la rápida evolución de la miopía de María se han informado, han acudido a oftalmólogos, a centros optométricos especializados en terapia visual y le han hecho múltiples pruebas. Les han recomendado buenos hábitos de higiene visual en cuanto a distancia e iluminación del área de trabajo, que aumente las actividades al aire libre… y todo eso no ha sido suficiente, la miopía ha seguido subiendo y subiendo. Hasta que escucharon hablar de la ortoqueratología y decidieron confiar en en este tratamiento para intentar frenar el aumento desenfrenado de la miopía de su hija.
Durante la explicación a los padres de la relación ortoqueratología-control de miopía fui claro: hay estudios científicos que demuestran que estadísticamente la ortoqueratología frena el aumento de la miopía entre un 40% y un 60%2,3,4 de media (luego volveré a referirme a estos estudios), pero no podemos asegurar en qué niño va a ser más efectiva ni en qué cuantía. Además, el uso de unas lentes de contacto siempre conlleva un riesgo ocular, pues los ojos van a ser manipulados como mínimo dos veces al día: al poner las lentes por la noche y al quitarlas por la mañana.
A pesar de ello, ha sido publicado un reciente artículo científico5 que concluye que hay suficiente evidencia científica para sugerir que la ortoqueratología es una opción segura para el tratamiento y control de la miopía.
Una vez explicado todo el procedimiento a María y a sus padres, nos pusimos manos a la obra y hoy, un mes después del inicio del porte nocturno con las lentes de orto-k, la niña está viendo casi el 95% con cada uno de sus ojos (con gafas y la mejor graduación no llegaba al 90%). María está feliz, puede realizar todas sus actividades cotidianas sin necesidad de gafas (que no las ha abandonado, pues la ortoqueratología es un proceso reversible) y sobretodo está encantadísima de cara al verano y a las actividades acuáticas (por ejemplo podrá ver bien mientras se baña en la playa o piscina).
Hace unos días María fue visitada por el oftalmólogo de su hospital de referencia por instancia de sus padres. Hacía más de un año que no le llamaban para hacer ningún control. Y lo primero que les dijo el oftalmólogo es que él no creía en la ortoqueratología, que si María tiene marcado genéticamente que va a ser miope alta, haga lo que haga será miope, y que la ortoqueratología solo es una fuente de problemas y riesgos.
Quiero creer que cuando un profesional de la visión (sea oftalmólogo u optometrista) emite estos juicios es por falta de información, y ello aún me motiva más a publicar este escrito, por si puede ayudar a alguien.
Algunos padres (y quizás algún profesional) puedan pensar que todo se solucionará cuando su retoño haya crecido y pueda someterse a una cirugía refractiva para eliminar su miopía. No es cierto, no nos engañemos. En el mejor de los casos se “eliminan” las dioptrías pero el ojo sigue siendo igual de “largo”, igual de “miope” y por tanto con los mismos riesgos de sufrir enfermedades de fondo de ojo que si no se hubiese operado. No es menos cierto que la cirugía refractiva mejora la calidad de vida de los pacientes en la mayoría de los casos, aunque como cualquier intervención quirúrgica no está exenta de riesgos. Pero incluso en el supuesto caso de que los padres tengan claro que al final ese niño se operará de su miopía cuando sea adulto, el pronóstico de la cirugía será mejor cuanto menor sea la magnitud de la miopía a tratar, y por tanto la ortoqueratología también sería beneficiosa en estas circunstancias.
Yo soy padre, y entiendo perfectamente a los padres de mis pequeños pacientes cuando me dicen: “Joan, tú nos estás diciendo que la ortoqueratología es una técnica segura y avalada por la ciencia para intentar frenar la miopía, pero por otro lado, hay otros profesionales de la visión (oftalmólogos u optometristas) que me dicen que usar esas lentes por la noche supone un gran riesgo para la salud ocular de mi hijo/a, además me dicen que su efecto es temporal, que es reversible, y que la miopía regresa si deja de usar las lentes”.
Voy a intentar desgranar estas cuestiones de una forma lo más objetiva posible, documentando mis explicaciones con artículos publicados en revistas científicas, pero antes voy a explicar brevemente qué es la ortoqueratología¿QUÉ ES Y EN QUÉ CONSISTE LA ORTOQUERATOLOGÍA?
La ortoqueratología es un tratamiento en el que mediante el uso de unas lentes de contacto gas permeables mientras se duerme, se consigue modificar la curvatura corneal del paciente de una forma controlada y dirigida.
La lente de contacto se diseña en función de la geometría de la córnea del paciente y de su defecto refractivo (miopía, astigmatismo o hipermetropía), de forma que cuando se quite las lentes al despertar tras dormir toda la noche con ellas, el usuario de lentes de orto-k podrá gozar de una buena visión durante todo el día, sin la necesidad de usar gafas ni lentes de contacto.
Bien, este sería el efecto inmediato de dormir con unas lentes de ortoqueratología: conseguir ver bien sin la necesidad de usar un sistema compensador (gafas o lentes de contacto) durante el día, y sin la necesidad de someterse a una cirugía refractiva. Eso sí, como el efecto ortoqueratológico es reversible, se deberá dormir todas las noches con las lentes para mantener su efecto.
No obstante, no todas las personas que necesitan gafas y quieran prescindir de ellas son candidatos a la ortoqueratología, al igual que no todas lo son a la cirugía refractiva. Cada técnica tiene sus ventajas, sus inconvenientes, y hay que hacer un estudio de viabilidad personalizado antes de realizar un procedimiento u otro.
El hecho de ver bien sin gafas ni lentillas durante todo el día ya justificaría suficientemente por sí mismo el uso de lentes de ortoqueratología, y esa suele ser la motivación en adultos. Pero este sería únicamente el efecto a corto plazo.
Si realizamos un paralelismo con la ortodoncia, donde se usan dispositivos para alinear los dientes (brackets, férulas,…) podríamos pensar que el objetivo es en apariencia puramente estético en ambos casos: conseguir dientes alineados, una bonita sonrisa, etc… con la ortodoncia, y disfrutar de una buena visión sin gafas ni lentillas con la ortoqueratología.
Una diferencia entre ambos tratamientos es el tiempo necesario para conseguir el moldeo programado: en la ortodoncia se tardan meses/años en alcanzar los objetivos deseados, mientras que en ortoqueratología esto se logra en días/semanas. En ambos casos tras esta fase inicial de «moldeo» activo hay que seguir usando un sistema retenedor, bien una férula en ortodoncia, bien unas lentes de contacto en ortoqueratología con el objetivo de mantener los efectos conseguidos, pues sino los dientes tendrán tendencia a volver a su forma original y en el caso del ojo, la córnea recuperará su forma y con ello el paciente también sus dioptrías.
Pero ambos tratamientos, insistiendo en esta analogía ortodoncia/orto-k, tienen otra función más a largo plazo, y en este caso no es estética sino que sería preventiva de enfermedades: la ortodoncia evitar caries, dificultad de realizar una correcta limpieza bucal por apiñamiento, malas mordidas causantes de problemas en el proceso de masticación y digestión, etc…, y la ortoqueratología disminuir el riesgo de sufrir desprendimientos de retina, glaucoma, maculopatía miópica,… enfermedades oculares asociadas a altos grados de miopía. Me permito recordar e insistir que a partir de las 5-6 dioptrías de miopía estos riesgos se multiplican.
No soy odontólogo y hasta aquí llegan mis conocimientos en ese ámbito, pero como óptico-optometrista especialista en ortoqueratología, y totalmente convencido de que la única forma de dar una información veraz, fidedigna y neutral a los pacientes es basándose en los estudios científicos publicados, voy a profundizar en las siguientes líneas en esa función más a largo plazo de la ortoqueratología, que no es otra que el control de la miopía en niños y adolescentes.
¿PUEDE LA ORTOQUERATOLOGÍA FRENAR EL AUMENTO DE LA MIOPÍA EN NIÑOS?
Sí. Hay numerosos estudios que así lo indican. Es cierto que algunos de estos estudios, sobretodo los que se realizaron al principio hace ya algunos años, tienen defectos en la metodología de investigación. Pero ya he hecho referencia a tres trabajos publicados en 2.015 2,3,4 que indican que la ortoqueratología puede frenar la miopía. Y estos no son estudios cualquiera, son tres “metanálisis”.
Un metanálisis es un estudio de estudios, y solamente se consideran en esta recopilación todos aquellos que cumplen con los mayores requisitos científicos y que han sido realizados siguiendo una correcta metodología de investigación.
Un metanálisis se considera hoy en día como el máximo nivel de evidencia científica.
Recientemente ha sido publicado en “Ophthalmology”, revista de la Academia Americana de Oftalmología, el artículo “Efficacy Comparison of 16 Interventions for Myopia Control in Children – A network meta-analysis”6 en el que se concluye (traducción de las conclusiones del artículo original):
“Este análisis indica que hay una serie de intervenciones que pueden reducir significativamente la progresión de la miopía comparadas con las gafas monofocales o el efecto placebo. En términos de refracción, la atropina, la pirenzepina y las gafas con adición progresiva fueron efectivas. En términos de longitud axial, la atropina, la ortoqueratología, las lentes de contacto de desenfoque periférico, la pirenzepina y las gafas con adición progresiva fueron efectivas. La intervención más efectiva fue la farmacológica, o sea, los antagonistas muscarínicos como la atropina y la pirenzepina. Ciertos diseños especiales de lentes de contacto, incluyendo la ortoqueratología y lentes de desenfoque periférico, tuvieron efectos moderados, mientras que las gafas con diseños especiales tuvieron un mínimo efecto”
En este trabajo se indica que el tratamiento farmacológico con atropina y pirenzepina, ambos fármacos anticolinérgicos, es el más efectivo en el control de miopía, y hay estudios que así lo demuestran rondando un 70% de control7. Estos fármacos tienen ciertos efectos secundarios, como todos los fármacos, que en el sistema visual se traducen en una parálisis de la acomodación (imposibilidad de enfocar de cerca) y midriasis (dilatación pupilar) por lo que estos niños suelen tener que usar gafas con lentes progresivas fotocromáticas, para poder ver de cerca y que no les moleste el exceso de claridad.El uso de estos fármacos para intentar controlar la miopía administrados durante toda la infancia y adolescencia no está exento de riesgos. Hay incluso un artículo publicado que concluye que el uso de fármacos anticolinérgicos de forma crónica podría causar demencia en edades adultas8.
Por ello se está valorando el uso de estos fármacos a dosis más bajas de las convencionales, con aún bastante efecto como control de miopía, pero con menos efectos secundarios9. El problema es que estas dosis aún no están comercializadas y son necesarios más estudios para confirmar su efectividad.
Otro de los problemas que existe con la atropina, que es el fármaco más usado en el control de la miopía sobretodo en Estados Unidos y Asia, es que puede haber un efecto rebote. Es decir, cuando el niño deja de ponerse las gotas de atropina, su miopía sube casi todo lo que se había controlado mientras se usaba el fármaco10.
¿QUÉ SIGNIFICAN ESOS PORCENTAJES DE CONTROL?
Se estima que la atropina al 1% puede controlar la miopía en un 70% y que la ortoqueratología un 41% de media.
Lo que quieren indicar esas cantidades es que si un niño con miopía en evolución tienen un cierto aumento de su miopía (recordemos que suele significar que su ojo crece una cierta cantidad), con el uso de atropina su ojo crecerá un 70% menos que con gafas, y con ortoqueratología un 41% menos.
¿Pero ese control es mucho o es poco? Para responder esta cuestión a mí me gusta especialmente un artículo11en el que se cuantifica de cierta manera estos porcentajes. Si tenemos un niño que a los seis años tiene una dioptría de miopía, y se le supone un aumento normal de -0.75 dioptrías al año, al cabo de diez años cuando tenga 16 años tendrá -7,67 dioptrías de miopía. Si a ese mismo niño, a la edad de 6 años se le aplica algún tratamiento (el que sea) que le frene su miopía en un 30%, su miopía seguirá subiendo pero a un ritmo más lento, de forma que a los 16 años en lugar de las –7,67 dioptrías, tendría -5,67 dioptrías de miopía. Siguen siendo muchas dioptrías, sí, pero ya hemos comentado con anterioridad que cuanto mayor sea el nivel de miopía de adulto mayor será el riesgo de sufrir patologías de retina, y esas dos dioptrías de miopía que no ha subido reducen el riesgo de sufrir desprendimiento de retina, maculopatía miópica u otras graves enfermedades oculares cuando ese niño sea un adulto.Además, pensando incluso en una posible futura cirugía refractiva, esas 2 dioptrías de diferencia pueden suponer que el paciente sea candidato a una técnica lásik o bien tengan que plantearse otros tipos de cirugías.
¿TIENE RIESGOS LA ORTOQUERATOLOGÍA?
Efectivamente, como todo en esta vida. El riesgo cero no existe. Corremos riesgos cuando salimos a la calle, cuando viajamos en un vehículo, cuando dejamos que nuestros hijos vayan solos de acampada, … pero.. ¿dejamos de hacer todo esto? Evidentemente no. Valoramos la balanza beneficios/riesgos y en función de ello actuamos.
Bien, entonces ¿cuál sería el riesgo real en cuanto a complicaciones oculares serias por el uso de lentes de ortoqueratología?.
Corría el año 2001 cuando empezaron a publicarse algunos artículos sobre el posible efecto que podía tener la ortoqueratología en el control de la miopía, y a raíz de ello se empezaron a adaptar lentes de ortoqueratología sin ningún tipo de control sanitario en algunos países del sudeste asiático. El resultado fue un aumento exponencial de los problemas causados por el mal uso de estas lentes, con graves alteraciones oculares en forma de infecciones, sobretodo por el uso de agua contaminada para limpiar/conservar las lentes de contacto. Hoy en día, los detractores de la técnica se remontan a esos casos de hace 15 años para argumentar que la ortoqueratología es peligrosa para la salud ocular. Puede ser cierto si las cosas no se hacen como es debido. Haciendo una analogía, también es peligroso conducir a 200km/hora por una carretera limitada a 80 km/h; el riesgo no es conducir, sino no hacerlo siguiendo las normas. Con ortoqueratología el riesgo no es realizar el tratamiento, sino no seguir las instrucciones de higiene, mantenimiento y seguridad indicadas por el profesional.
El estudio que nos daría una respuesta concreta a la pregunta sobre el riesgo real, cuyo protocolo y resultados ha sido aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) agencia de control americana, es el trabajo de Bullimore12 que concluye que el riesgo de sufrir una queratitis microbiana por el uso de lentes de ortoqueratología es de 7,7 casos cada 10.000 usuarios/año en adultos y de 13,9 casos cada 10.000 usuarios/año en niños. Ese sería el riesgo “estadístico” real, y no es muy diferente al riesgo que se corre con otros tipos de lentes de contacto. Por ejemplo el riesgo de sufrir una queratitis microbiana durmiendocon lentes de contacto blandas es de 19,5 casos cada 10.000 usuarios/año.Recientemente, ha sido publicado un metanális5 por Yue M. Liu y colaboradores que concluye que la ortoqueratología es una técnica segura en niños cuando se aplica con los protocolos correctos.
Vuelvo a insistir en que un metanálisis se considera hoy en día como el máximo nivel de evidencia científica.
Traducción de las conclusiones de este metanálisis:
“Esta revisión incorporó un total de 170 publicaciones, 58 en inglés y 112 en chino. El riesgo de queratitis microbiana durante la ortoqueratología nocturna es similar a otras modalidades de porte nocturno. La complicación más común fue el punteado corneal. Otros efectos clínicamente insignificantes fueron depósitos de hierro en el epitelio, exacerbación de líneas fibrilares y cambios transitorios en las propiedades biomecánicas de la córnea. No hubo efectos a largo plazo en el endotelio. Hay suficiente evidencia para sugerir que la ortoqueratología es una opción segura para el tratamiento y control de la miopía. El éxito de la ortoqueratología a largo plazo requiere una combinación de una adecuada adaptación, un riguroso cumplimiento del cuidado y mantenimiento de las lentes, un correcto seguimiento y una gestión precoz de las complicaciones.
¿QUÉ EDAD SERÍA LA IDEAL PARA EMPEZAR A USAR LENTES DE ORTO-K EN NIÑOS CON MIOPÍA EN EVOLUCIÓN?
Es muy difícil dar una respuesta con una edad concreta. Algunos estudios14 indican que cuanto antes se inicie el uso de las lentes de ortoqueratología, mejor es el pronóstico en cuanto al número final de dioptrías de adulto. Es lógico, toda la miopía que se gana ya nunca se pierde. Hay que valorar cada caso en concreto, hay que confirmar que estamos ante una miopía en evolución, hay que comprobar que el niño se deja poner las lentes para dormir, que la manipulación y las maniobras de inserción/extracción de las lentes es correcta por parte del niño (o de sus padres), y que éstos han comprendido las particularidades del tratamiento ortoqueratológico, pues son ellos los que en última instancia van a decidir si quieren que su hijo/a use lentes de ortoqueratología y cuando iniciar el tratamiento nocturno.
¡PERO SI SIEMPRE SE HA DICHO QUE NO SE DEBE DORMIR CON LENTES DE CONTACTO!
Es cierto que con la mayoría de lentes de contacto de uso diurno (blandas o gas permeables) estaría contraindicado el uso nocturno mientras se duerme. La causa es que al tener los párpados cerrados, las lentes de contacto suponen una barrera adicional al paso de oxígeno que llega a la córnea a través del exterior. Se ha demostrado que las lentes de ortoqueratología no generan ninguna alteración corneal por la supuesta falta de oxígeno13, básicamente por dos cuestiones: la primera es que están fabricadas con materiales ultra-permeables al oxígeno y en segundo lugar, porque lo primero que hace un usuario de ortoqueratología al levantarse por la mañana es quitarse las lentes, permitiendo a sus ojos una total disposición del oxígeno atmosférico durante el día.
¿HAY EFECTO REBOTE CON ORTOQUERATOLOGÍA?
No hay ningún estudio que así lo indique. Y si este efecto rebote se diese y fuese conocido, ello justificaría más aún que los niños siguiesen un tratamiento con ortoqueratología desde que se les detecta una miopía en evolución hasta que ésta se les frena. ¿Cuándo? Teóricamente al parar de crecer, pero sabemos que en la sociedad actual, la edad “escolar” cada vez se alarga más con estudios universitarios, másters,… y que el exceso de uso de ordenadores, consolas y móviles hace que la edad de estabilizacion de la miopía cada vez sea más avanzada.A diferencia de los fármacos, (en la atropina sí que está demostrado su efecto rebote) que pueden tener un efecto acumulativo y nocivo para el organismo si se usan durante muchos años, a día de hoy no hay ningún estudio que indique que sea perjudicial que un niño esté haciendo ortoqueratología los años necesarios hasta tener la certeza de que su miopía está estabilizada.
¿SE «ELIMINA» LA MIOPÍA CON ORTOQUERATOLOGÍA?
NO. La ortoqueratología es un procedimiento reversible. Mientras el usuario duerma con las lentes de contacto su miopía permanecerá “camuflada”, ya que el cambio que se genera en la curvatura de la cara anterior de la córnea hace que la graduación del paciente sea de cero dioptrías y que vea bien durante todo el día sin necesitar de usar gafas o lentes de contacto. Pero, si por el motivo que sea, deja de dormir con las lentes de orto-k, la córnea recupera su forma y el ojo sus dioptrías. Esta reversibilidad de la ortoqueratología es una ventaja frente a otras técnicas refractivas irreversibles, ya que en el supuesto caso de que el tratamiento no satisfaga las expectativas del paciente, simplemente con abandonar su uso el ojo vuelve a su situación inicial.
Por tanto, no, la ortoqueratología no “cura” la miopía, pero como ya se ha explicado anteriormente, el uso de estas lentes mientras se duerme puede hacer que la miopía suba menos que usando gafas.
Actualmente, tanto optometristas como oftalmólogos de todo el mundo siguen trabajando en el campo del control de la miopía. Una de las grandes líneas de investigación es la ortoqueratología y el control de miopía: averiguar qué pasa con más años de uso, si hay efecto rebote, si funciona igual en la población asiática que en la caucásica, si hay mecanismos que hoy en día desconocemos que puedan argumentar a favor o en contra de esta técnica…. Muestra de ello es que la Academia Internacional de Ortoqueratología ha cambiado su denominación recientemente por “Academia Internacional de Ortoqueratología y Control de Miopía”.La ortoqueratología es una especialidad dentro de la contactología avanzada y en España es mayoritariamente practicada por ópticos-optometristas con conocimientos especializados en esta técnica, aunque también hay oftalmólogos que la indican.
Es interesante saber que en otros países como Francia, Serbia, Rusia y China entre otros, son los oftalmólogos quienes adaptan las lentes de ortoqueratología en niños para intentar frenar su miopía.
¿Y CÓMO PUEDE SER QUE UNA LENTE QUE SE USA POR LA NOCHE, CON LOS OJOS CERRADOS, AYUDE A FRENAR LA MIOPÍA?
Ya hemos comentado que la ortoqueratología provoca un cambio en la forma de la córnea. Este cambio es el que hace que la visión sea buena durante todo el día, ya que estamos modificando a nuestro antojo una parte del sistema óptico ocular (se aplana la curvatura superficial de la lente más externa del ojo, la córnea). A pesar de que la reducción de dioptrías puede ser importante en magnitud, el cambio real que se genera en la córnea es mínimo: la córnea tras ortoqueratología se adelgaza en su zona central del orden de unas 20 micras15 (un milímetro tiene 1.000 micras). Una córnea normal tiene de media un espesor de 550 micras en su zona central.
Para hacernos una idea más visual y saber si es esa cantidad es mucha o poca, si tenemos en cuenta que el grosor de un cabello humano es de unas 100 micras, estaríamos adelgazando la córnea en una quinta parte de ese grosor. Y si lo comparamos con lo que ocurre en una cirugía refractiva con láser, el grosor de córnea ablacionado (eliminado) puede llegar hasta las 150 micras.
Bien, pero aún no he contestado por qué la ortoqueratología puede frenar la miopía. Existen diferentes trabajos16-21 publicados en los que se demuestra que la imagen óptica que se genera en la retina tras hacer ortoqueratología es diferente a la que se tiene cuando se usan gafas. Además de conseguir que el paciente vea bien sin usar gafas ni lentes de contacto durante el día, es esa especial forma de enfoque retiniano (un desenfoque periférico miópico) el que estaría detrás del control de miopía con la ortoqueratología (y de las lentes de contacto de uso diurno con diseños especiales para control de miopía).Recordemos que las lentes de orto-k se usan únicamente por la noche, con los ojos cerrados. Ahí no estarían trabajando directamente para controlar la miopía. El quid de la cuestión es el moldeo producido en la córnea y es durante el día cuando la óptica de la córnea modificada actuaría para controlar la miopía.
Por tanto podríamos decir que no serían las lentillas propiamente quienes estuviesen actuando contra el aumento de la miopía, sino los cambios que han creado en la córnea durante la noche los que desencadenan ese estímulo periférico que actúa durante el día.
Aprovecho este momento en el que hablamos de las modificaciones de curvatura de la córnea con ortoqueratología para aclarar que una lente de ortoqueratología NO actúa “apretando” en el centro de la córnea. Las lentes de orto-k modifican el perfil de la cara anterior de la córnea a través de diferentes fuerzas hidrodinámicas de presión/succión que se generan entre la lente de contacto y la córnea a través de líquido que siempre queda entre ambas superficies.
Si una lente de orto-k presionase la zona central de la córnea provocaría dolor y lesiones, y desde luego de ser así no proporcionarían la buena visión y mantenimiento de la integridad corneal que se experimenta tras el porte correcto de la lentes.
Cuando a un niño le sube la miopía se puede actuar de dos formas: pasivamente, únicamente indicando cambiar los cristales para que el niño vea bien, o sea «compensando» la miopía, o bien ser proactivo «tratando» la miopía para que aumente lo mínimimo posible. Por todo lo visto en este artículo, y aunque no se puede garantizar en un caso en concreto si se va a frenar más o menos la miopía, no hay duda alguna que a día de hoy basándonos en la bibliografía científica, la ortoqueratología es un procedimiento seguro, y que sería la técnica no farmacológica más efectiva y de primera elección para el control de la miopía en niños y adolescentes.
Pero además no debemos olvidar que la miopía es de origen multifactorial y por tanto el enfoque de su tratamiento también deberá serlo. Será necesario comprobar el estado del sistema visual binocular, indicar normas de higiene visual en cuanto a iluminación y distancia de trabajo en visión próxima, ergonomía, descansos en tareas prolongadas de cerca, límites en el tiempo de uso de dispositivos móviles, exposición a la luz natural,… siempre actuando de la mejor forma posible pensando en el bienestar y futuro de nuestros pequeños pacientes.
Como profesionales sanitarios de la visión tenemos la obligación de informar al paciente de todos los medios existentes para tratar su miopía, con sus ventajas e inconvenientes.
A la vez, hemos de ser críticos científicamente hablando cuando aparecen dudas sobre un tratamiento. La única forma de avanzar y resolver dudas es utilizando el método científico, en estos casos no sirve el «yo creo que…» o el «…por que yo lo digo.».
Invito a quien quiera hacer algún comentario de este tema, sea profesional o usuario, a que realice sus aportaciones en este mismo blog, o si lo prefiere, que se ponga en contacto con el autor por correo electrónico en la dirección orto-k@hotmail.com
Joan Pérez Corral DOO MSc FIAO
Diplomado en Óptica y Optometría
Máster en Optometría y Ciencias de la Visión
Fellow de la Academia Internacional de Ortoqueratología y Control de Miopía
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2. Orthokeratology for myopia control. A meta-analysis. Si et al. Optom Vis Sci. 2015;92(3):252-7
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4. Efficacy, safety and acceptability of orthokeratology on slowing axial elongation in myopic children by meta-analysis. Li et al. Curr Eye Res. 2015;41(5):600-8
5. The safety of orthokeratology. A systematic review. Liu YM, Xie P. Eye Contact Lens. 2016 ;42(1):35-42
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