¿Qué solución de limpieza es la más adecuada? ¿Debo frotar las lentes de orto-k? ¿Es necesario que rellene las lentes de lágrima artificial antes de colocármelas?
Las lentes de ortoqueratología son unas lentes de contacto especiales, incluso diría que milagrosas como las describen algunos pacientes puesto que tras dormir con ellas y quitárselas al levantarse, se puede ver bien durante todo el día sin llevar gafas ni lentes de contacto durante el día.
Una lente que se usa durante el día, si está sucia provocará molestias visuales al usuario, que se las quitará y las limpiará, pero una lente que se usa por la noche no daría esta pista. Y lo que es peor, si en la superficie de la lente de contacto de ortoqueratología hay algún «bichito» (bacteria, hongo, ameba….), va a tener unas ocho horas para trabajar a su libre albedrío sobre la superficie corneal, en un entorno húmedo y cálido….mmmm…la sorpresa al levantarse por la mañana puede ser muy desagradable. Por ello es de vital importancia que las lentes siempre estén en perfectas condiciones para ser usadas de una forma segura.
Hay varias formas de cuidar/mantener/limpiar las lentes de ortoqueratología. Explicaré dos de las más comunes, aunque cada caso es particular y siempre deberá ser el adaptador el que conociendo a su paciente y sus peculiaridades le indicará el mejor sistema para él.
SISTEMA 1: Jabón en base alcohólica + Solución humectante/desinfectante de lentes gas permeables.
Tras despertarse y quitarse las lentes (cómo ponerse y quitarse unas lentes de orto-k) se deberán frotar las lentes con un jabón con base alcohólica (jabón especial para lentes de contacto no muy abrasivo, que impide que las lentes se rallen o deformen al limpiarlas). A continuación las lentes se aclararán con solución salina (monodosis) y se guardarán en solución humectante/desinfectante fresca (no de la nevera, sino nueva cada vez que se rellena el portalentes) para lentes gas permeables.
Por la noche, antes de colocarlas, habrá que volver a limpiarlas, volver a aclarlas muy bien con solución salina monodosis y tras rellenar la lente de contacto con lágrima artificial (también monodosis sin conservantes que vuestro profesional os recomendará) colocar la lente en ojo.
SISTEMA 2: Peróxido. Tras quitarse las lentes por la mañana se colocarán en las cestillas del portalentes que acompaña el peróxido, y se dejarán allí durante todo el día  (mi experiencia con algunos peróxidos es que no hace falta frotar las lentes al quitárselas). Por la noche, las lentes se sacarán de las cestillas, se rellenarán de lágrima artificial monodosis y se colocarán en los ojos.
El peróxido (agua oxigenada) es muy agresivo con la córnea si contacta con ella, por lo que debe haber algún sistema que convierta el peróxido en una solución que pueda entrar en contacto con el ojo sin problemas (neutralización del peróxido). Hay dos sistemas que lo consiguen: una pastillita o bien un anillo catalizador (que va en el portalentes). Si se usa el sistema de pastillita es muy importante no olvidar nunca insertar la pastilla, sino el ojo picará muchísimo al colocar la lente. Incluso yo lo remarco en amarillo fosforito en las instrucciones que les doy a mis pacientes. Además, como guía de seguridad, los peróxidos suelen cambiar de color cuando ya se han neutralizado y son seguros para contactar con el ojo.
Ambos sistemas deberán complementarse quincenalmente con algún producto que realice una desinfección en profundidad (voy a evitar dar marcas de productos concretos, que cada paciente pregunte a su adaptador por cual le recomienda). 
Hay incluso algunos profesionales que combinan productos de estos dos sistemas. No hay una fórmula única que sea válida para todos los casos.
Es muy importante que las lágrimas artificiales que se insertan en la lente antes de colocarlas sean sin conservantes y abiertas justo en el momento de ponerse las lentes, así nos aseguramos que ese líquido que va a estar en contacto con el ojo durante toda la noche está libre de gérmenes o sustancias que podrían provocar alguna reacción tóxica. Además, la lente debe estar completamente rellena de lágrima, pues no debemos olvidar que la lente modifica la forma de la córnea gracias a la acción del líquido que queda entre la lente y la córnea. Si la lente de orto-k es colocada sin lágrima es posible que el efecto nocturno no sea correcto y no se vea bien al quitarlas por la mañana.
Además de todo esto, debemos recordar siempre de lavarnos muy bien las manos con agua y jabón antes de manipular las lentes, antes de tocarnos los ojos, secarnos muy bien las manos para que no tengan restos de agua de grifo (que puede contener esos bichitos que pueden generar infecciones corneales).
Y para que el porte de las lentes sea seguro y minimizar el riesgo de tener complicaciones, todos los laboratorios recomiendan cambiar las lentes de contacto cada año. ¿Quier ello decir que tras un año las lentes dejan de hacer efecto? No, lo que quiere decir es que después de un año de uso ya no se puede garantizar un porte seguro por envejecimiento del material y que para evitar riesgos es conveniente cambiarlas cada año (al igual que cambiamos el aceite del coche cada ciertos quilómetros y no esperamos a tener problemas en el motor para hacerlo).
Espero que este artículo os sea de utilidad, pero recordad que la mejor fuente de información va a ser siempre vuestro profesional de la visión que os está adaptando las lentes.
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