Una experiencia excepcional.

Hacía tiempo que quería probar ORTO-K pero no sabía con qué profesional. Nunca me han gustado las gafas, me cuesta mucho encontrar unas que se me ajusten bien porque tengo una cara muy pequeña y encima con la graduación que tengo, que queden bien, etc…. Y como ya no tolero las lentes de contacto blandas todo es un pequeño drama que en cuestión de hace unos cuantos meses se ha solucionado. Para entender un poco porqué pedí participar en la Tesis de Joan Pérez hay que conocer un poco la historia previa. Resulta que en las prácticas de Contactología del Grado de Óptica y Optometría, una compañera mía tenía un profesor del que me decía que «era un crack» (Joan Pérez) «con él aprendes mucho». Un hombre que supo enseñarle el encanto que tienen las lentes de contacto cuando ella las detestaba. Constantemente me explicaba todo lo que hacían en clase y las técnicas o consejos que les enseñaba; yo tuve unos profesores que no supieron llegar a motivarme (cuando yo soy fan de las lentes de contacto). Posiblemente si no hubiese sido porque mi compañera dió clases con él, ahora no estaría escribiendo este texto.  

Gracias a que un pajarito me contó que Joan Pérez necesitaba conejillos de índias para su tesis para experimentar con sus ojos y las lentes de ORTO-K, no dudé ni un segundo que él sería el candidato para adaptarme las lentes. Sabía que sería él y solo él, nadie más podría ser. Solo diré que me ha cambiado la vida. Hay que decir que el primer mes fue muy duro debido a las aberraciones nocturnas que NUNCA había experimentado de aquella forma: era un festín de luces de colores en todas las direcciones. De día veía un «sombreado» (diplopia, visión doble con una segunda imagen muy borrosa), pero después de aquel altibajo todo fue genial. «Suerte que el cerebro es listo y se acostuma a todo lo malo» 😛  

Tenía claro que podía pasar que no fuese candidata para su tesis y tampoco para poder usar este tipo de lentes. Pues con solo una noche de dormir con ellas conseguí reducir más de la mitad de mi graduación. UN ÉXITO. Punto de partida que ayudó a motivarme y no preocuparme por si veía borroso, porque sabía que al final podría ver en 4K y HD!!!!  

Es cierto que en mi caso no veo siempre super bien, pero no me afecta en absoluto ya que nunca he visto bien del todo, así que me quedo con mis ORTO-K ^^. Tolero levantarme y ver al principio un poco borroso, que ni se aprecia, que sea de noche y aún veo bien, que pueda tener el placer de dormir una noche sin las lentes y al día siguiente ver bien. ¡Ah! y que no veo doble de cerca y estoy controlando la acomodación de una forma espectacular gracias a la Terapia Visual que hice.

Todavía no me creo que cuando me ducho veo los jabones y todo lo que me rodea, que me levanto y no necesito las gafas, que no me tengo que preocupar conduciendo porque veo en todas las direcciones moviendo la cabeza, que entreno sin lentillas. Es como si me hubiese operado pero con la suerte de que si me canso de llevar las lentillas para dormir me las quito y vuelvo a ser la Carla con gafas «poco feliz».  

Solo dar las gracias por el trabajo que habéis hecho, a Joan y a su magnífico equipo, por los ánimos y por las ganas de seguir, por el interés de cara al paciente y por abrirme un mundo desconocido del cual me he enamorado y me emociona. Me emociono porque creo que uno no es consciente de las cosas hasta que no le pasan a uno mismo. Lo que tengo claro es que hacía mucho tiempo que no veía tan pero tan bien. Hay días que me quedo mirando el paisaje porque parece irreal lo que veo y como de bien lo veo.

PD.: Joan, espero que aguantes muchos años como profesor del Máster de la FOOT, o en otro sitio, porque cuando yo lo haga me gustaría aprender de ti.  

Se me caen lágrimas porque no sé si eres consciente de que cambias la vida de personas.  

Carla Pastor – Óptica-Optometrista  

Nota de Joan Pérez: Carla, óptica-optometrista, fue una de las participantes de la primera tanda de pacientes de mi Tesis Doctoral. Al finalizar la fase experimental, tras tres meses de haber empezado a dormir con las lentes, Carla me envió este escrito.  Con su permiso y autorización lo comparto en este espacio para compartir su emoción, que es también la mía.

Compártelo